leyenda

... Cuéntase que un Obispo ocupó casa cerca de Oviedo, e fizo sidra de buens manzanas que en aquella tierra dábanse.

De ella destiló un suculento aguardiente que pronto fue orgullo de la comarca.

Logró tan alta fama que un rico Duque de la Francia Normanda envió a tres de sus caballeros con oro para comprarle el secreto.

El Obispo que para sí no quería riquezas, dábales por nada la receta.

Pero, por repartirse el oro, y no dejar rival en el beneficio de tan rico aguardiente, los enviados acordaron darle muerte cuando acabara de escribir la fórmula.

Y sucedió que cayendo el Obispo sin vida, derramósele la tinta sobre el escrito y solo pudo leerse de él las siguientes palabras:

... para con gozo y salud beber aguardiente, la manzana astur y la alquitara caliente ...