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UNOS CULINOS ... La Pumarada

La Pumarada

Gascona, 8. Oviedo Tel. 985 200 279


Un buen ejemplo de que el culto a la sidra no es incompatible con el confort que ofrecen unas instalaciones modernas es este establecimiento de la calle Gascona. El peso de la decoración recae en los materiales nobles: terracota en suelos, piedra caliza y ladrillo visto en paredes, alternando con enfoscados ocres y maderas, que proporcionan un clima acogedor no exento de cierto aire rústico. Por el extenso local se disponen las mesas, amplias y espaciadas, cubiertas con mantelería blanca en las que se puede gozar sin agobios de la variada oferta gastronómica de la casa. Una larga barra permite disfrutar sin más, de unos culinos de sidra, forrados si acaso con alguno de los variados pinchos. La planta inferior alberga dos comedores, que aunque básicamente mantienen los mismos elementos estéticos y el mismo servicio que en la de entrada (también aquí se escancia sidra) aparentan un aspecto más formal y recogido debido a la compartimentación de espacios. Una tercera planta reservada para espichas y celebraciones completa los 800 m2 que ocupa este céntrico local.

El cuidado de las instalaciones es uno de los elementos que integran el concepto de calidad global que obsesiona a Francisco Álvarez Colunga, propietario y fundador de La Pumarada. Empresario de amplia experiencia en otros sectores, convencido de que la adecuada gestión de los recursos humanos es indispensable para conseguir la calidad en el sector hostelero, no escatima medios para conseguir un equipo de profesionales eficaz y mantenerlo con condiciones dignas y jornadas laborales racionales. Un profesional agotado no es un profesional eficaz, y es esta una afirmación sobre la que deberían reflexionar muchos empresarios del sector. Ramón García Hidalgo es la piedra angular de su negocio. Dejó los fogones del Reconquista hace ocho años y desde entonces viene ejerciendo de jefe de cocina de La Pumarada auxiliado por un extenso equipo. Conscientes de que en un establecimiento de estas características sería ilusorio aspirar a la excelencia, renuncian a florituras en la carta que basan en una cocina tradicional, en la que los arroces con marisco ocupan un lugar preeminente. Los Mariscos y los pescados, elaborados con simplicidad y corrección, sin olvidarse de las carnes de buey o de ternera, fundamentan una extensa carta en la que no faltan la fabada y otros potajes asturianos típicos. Una carta de raciones para tapéo completa la oferta para los que busquen comidas más breves o informales.

Aunque la sidra es la gran protagonista, una carta de vinos breve y convencional permite otras alternativas.